4/21/2009

Decís perdón y un vaso termina en el fondo de sed. Ya fue, me voy y puertas se cierran dejando caer, la sonrisa que esquiva a Carlitos, que dice que hoy gana el Ciclón, le pateo cenizas al piso y me rindo frente a mi portón. Avanzo por la calle angosta y me llama Graciela al pasar, le digo: me abrigo, vos no te preocupes, si llueve no me va a importar.
Voy pensando en que no hace ni un año y las cosas ya no son igual, las disculpas no cuesta aceptarlas, me cuesta saber perdonar. Y vuelvo a despertar, cansada de estar tan cansada de ser, me digo: '' No hay mitad que sea tan mala como la que tenés ''.
Y olvido que traigo conmigo canciones y amigos, tu alma es ahora mi estrella, el dolor ya no hace mal.
Mirando estoy, a veces me toca el silencio total, colgada de la hoja más alta del árbol que sé imaginar, porque hay cosas que sangran por dentro y nadie las puede notar, y me acuesto en la cama que un día la ropa te supe robar. Si percibo en la luz esa luz eterna que reza tu nombre y convida el sabor... Quiero amanecer que mañana no soy si no tuve tu ayer.

1 comentario:

Javiera. dijo...

última frase matadora.