Somos los niños burbuja del fin de la historia, x en ecuaciones, soñando con contratos fijos, con libélulas que anhelan dulces besos que se esconden tras el brillo de las barras de aquel bar donde te amé, isla de Resistencia, tallando en cubitos de hielo futuro y promesas. Y mientras los ultra-cuerpos subidos a estrados recitan sarmones, hay quien nos dice que no es tiempo para hablar de la utopía ni de revoluciones, que es un anacronismo cantarle a la trova, nombrar a Guevara, y mientras golpean tu fé y tu futuro en su fragua.
Y en estos días en el que escribe, consciente del privilegio de nacer en esta orilla, cree que aún éste será el tiempo del ángel temeroso que suspira, átomo que gira en solitario, alienígena nacido en esta tierra, del sueño sublime. Y mientras tanto, los santos de causas perdidas discuten verdades, armados con su piolet se confunden de enemigo. Mientras, en la calle un rumor de alas batiendo exige su voz, una voz diferente; me ciendo en la red utopías pregunta y disiente. En estos días el que escribe consciente del privilegio de habitar en esta orilla, cree que aún éste será el tiempo del hada temerosa que suspira, luciérnaga abandonado el letargo, Ícaro escapando de una isla, del sueño sublime... En fin, del hombre y la mujer que buscan otro mundo posible.
1 comentario:
¿Por qué buscaremos otros mundos posibles? Quizá sea por la necesidad de evadirnos del único que conocemos; que muchas veces hiere. Tal vez escribiendo estas letras encontramos sin darnos cuenta uno de esos mundos.
Saludos.
Publicar un comentario